La tecnología de suspensión, alguna vez ciencia ficción hollywoodense, está ganando terreno en el mundo real. El ejército de Estados Unidos está estudiando la “primera motocicleta volaradora en el mundo”, y la marca de lujo de Toyota Lexus ha construido su propia aerotabla.
Sin embargo, éstas y otras maravillas capaces de levitar no llegarán al mercado en el corto plazo. Todavía tienen que someterse a pruebas de seguridad y al escrutinio regulatorio. Y algunas tienen fines simplemente de diversión. La nueva aerotabla de Lexus, por ejemplo, no es la precursora de un coche volador que Toyota diga que ha estado estudiando. (Lee: Autos hechos con impresoras 3D)
“Definitivamente es algo que funciona, pero no una cosa que tengamos una intención de vender”, dice el portavoz de Lexus, Moe Durand, al hablar de la aerotabla, dada a conocer recientemente en un video de la empresa. Utiliza imanes y superconductores de nitrógeno líquido refrigerado para mantener a un piloto despegado del suelo. Hasta el momento, sólo funciona cuando los imanes están incrustados debajo de la superficie de concreto.
“En realidad sólo fue para un comercial”, dice Durand, en referencia a la campaña publicitaria “Amazing in Motion”, que pretende demostrar la innovación de Lexus. Aunque Lexus no la construyó como parte de un proyecto de un coche volador, dice que podría tomar esa dirección: “¿Es poner la punta de nuestro pie en el agua? Tal vez”.
Un número creciente de empresas, sin embargo, están compitiendo para comercializar su aerodeslizador. Sus prototipos podrán no parecerse a la tabla de Marty McFly en la película de 1989 Regreso al futuro II, pero se están proponiendo utilizar la levitación magnética para hacer todo tipo de cosas increíbles —transportar tropas sobre terrenos complicados, mover pasajeros en la visión de viajes tubulares sónicos, de Elon Musk, o incluso levantar construcciones para evitar daños de origen sísmico.
Chris Malloy construyó una nave tipo helicóptero en su garaje en un suburbio de Sydney, Australia. Su página web dice que “combinó la simplicidad de una moto con la libertad de un helicóptero para crear la primera motocicleta voladora en el mundo”. Ahora él es el director administrativo de Aeronáutica Malloy, una empresa con sede en el Reino Unido.
“Estamos haciendo un estudio de factibilidad para ellos”, dice Malloy del Ejército de Estados Unidos, al señalar que su motodeslizadora puede hacer misiones de búsqueda y rescate, entrega de cargas, y socorro y vigilancia. Dice que su nave, diseñada para salir en versiones tripuladas y no tripuladas, puede hacer lo mismo que los helicópteros —a un costo menor, en espacios más reducidos y sin pilotos. (Lee: Tecnología de la NASA en Nepal)
Se negó a dar detalles sobre el proyecto. En el Salón Aeronáutico de París a principios de este mes, Boyd Rutherford, vicegobernador de Maryland, anunció que la empresa de Malloy —junto con SURVICE Engineering Co., una firma de defensa con sede en Maryland— está trabajando para desarrollar la motodeslizadora para los militares de Estados Unidos como una nueva clase de Vehículo de Reconocimiento Táctico.
Malloy dice que desarrolló la motodeslizadora para uso comercial, no militar. “Muchas personas quieren hacer sus pedidos”, dice, al asegurar que todavía no las está atendiendo. “No queremos apresurar la entrada de nuestro producto en el mercado”.
Técnicamente, dice que la compañía podría comenzar la producción ahora, pero que tiene que hacer pruebas rigurosas para demostrar su seguridad. Espera que pudiera tomar por lo menos tres a cinco años, y que no tiene el mercado para él solo.
“Tenemos competidores”, dice, al indicar que empresas en Nueva Zelanda y en otros lugares tienen prototipos similares.
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