De acuerdo a un nuevo estudio de la NASA, la vitamina B3 de nuestro mundo pudo tener su origen en el espacio y ser traída a la Tierra por medio de meteoritos. Este hallazgo es otro punto sumado para la panspermia, teoría que sostiene que el material orgánico necesario para la vida tiene un origen extraterrestre.
Impresión artística de un disco protoplanetario que contiene partículas de polvo con hielo. Estas partículas terminarán en cometas que colisionarán con planetas como la Tierra.
La vitamina B3, también conocida como niacina o ácido nicotínico, es una precursora del NAD (nicotinamida adenina dinucleótido), la cual es esencial para el metabolismo energético de la célula, la reparación del ADN, y probablemente tiene un origen muy antiguo.
El nuevo estudio es un paso más en una línea de investigación cuyo trabajo previo fue un análisis de ciertos meteoritos ricos en carbono. Con dicho análisis, los científicos descubrieron la existencia en tales meteoritos de vitamina B3, la cual estaba presente en niveles que iban desde las 30 a las 600 partes por millar de millones. En aquel trabajo, los investigadores llevaron a cabo experimentos preliminares de laboratorio que mostraron que la vitamina B3 se puede formar a partir de un compuesto orgánico más simple en hielo de dióxido de carbono bajo condiciones como las imperantes en el espacio.
La placa de aluminio con el material químico depositado sobre ella. (Foto: Karen Smith / NASA Goddard).
«Los tipos de compuestos orgánicos producidos en hielo de laboratorio coinciden muy bien con lo que se encuentra en los meteoritos», dijo Karen Smith del Goddard Space Flight Center de la NASA en Greenbelt, Maryland. «Los resultados del experimento sugieren que la vitamina B3 y otros compuestos orgánicos complejos pudieron haberse originado en el espacio y es plausible que impactos de meteoritos y cometas hayan agregado un ingrediente extraterrestre al suministro de vitamina B3 de la Tierra primitiva», añadió la científica.
Un origen explosivo
Las explosiones de supernovas producen vastas nubes de polvo en el espacio que luego se comprimen bajo su propia gravedad, dando nacimiento a los sistemas estelares. Capas de hielo —hechas de dióxido de carbono, agua y otros gases— se forman en estas partículas de polvo tal como la escarcha que se acumula en la ventanilla de un coche durante una noche fría. A su vez, la radiación en el espacio genera las reacciones químicas necesarias para que estas capas de hielo produzcan moléculas orgánicas, incluyendo —de acuerdo a los investigadores— la vitamina B3.
En forma de granos de hielo, las moléculas orgánicas viajan en cometas y asteroides que terminan impactando con planetas jóvenes como la Tierra, transportando así los componentes esenciales para la vida.
FUENTE : NASA360
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