Por supuesto, no hay nada nuevo acerca del cannabis. Ha estado alrededor de la humanidad prácticamente desde siempre.
En Siberia se han encontrado semillas carbonizadas dentro de túmulos que datan de 3,000 a.C. Los chinos la utilizaban como medicina hace miles de años. La marihuana también es muy estadounidense. Durante la mayor parte de la historia de Estados Unidos, el cannabis fue legal y se encontraba comúnmente en tinturas y extractos.
Durante casi 70 años, la planta pasó a la clandestinidad y la investigación médica se detuvo casi por completo. Pero ahora, cuando cada vez más gente recurre a esta sustancia para tratar enfermedades, la ciencia del cannabis vive un resurgimiento.
Encontramos sorpresas dentro de esta planta alguna vez prohibida. Vivek Murthy, la máxima autoridad sanitaria de Estados Unidos, recientemente expresó su interés sobre lo que la ciencia puede aprender de la marihuana y apuntó que los datos preliminares muestran que, “para ciertas condiciones y síntomas médicos”, puede resultar “útil”.
En 23 estados y en el Distrito de Columbia, el cannabis es legal para algunos usos médicos, y la mayoría de los estadounidenses está a favor de su legalización para uso recreativo. Otros países también están reconsiderando su relación con la hierba. Uruguay votó para legalizarla. Portugal la descriminalizó. Israel, Canadá y los Países Bajos tienen programas médicos con marihuana, y en años recientes varios países han flexibilizado las leyes sobre su posesión.
Sin embargo, para muchos, el cannabis se ha convertido en un tónico para aliviar el dolor, promover el sueño, estimular el apetito, amortiguar los golpes y las conmociones de la vida. Los defensores de la mota aseguran que elimina “capas de tensión”. También se cree que es útil, entre otras cosas, como analgésico, antiemético, broncodilatador y antiinflamatorio. Los componentes de la planta, afirman algunos científicos, pueden auxiliar a regular funciones vitales del cuerpo, como proteger el cerebro contra traumas, estimular el sistema inmunológico y ayudar a la “extinción de los recuerdos”, después de acontecimientos catastróficos
*Todos los días Lily solía sufrir cientos de crisis con convulsiones violentas. su familia se mudó a Colorado, que votó por legalizar la marihuana en 2012, para que pudiera empezar un tratamiento diario. el medicamento no funciona para todos, pero Lily, hoy de nueve años, normalmente no tiene crisis y, en sus peores días, solo padece una o dos.
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